Cuando un niño tiene que acudir al hospital, al médico o al dentista, los padres sienten ansiedad, agobio o miedo. En aquellos casos en los que el niño debe ser anestesiado, ese sentimiento se agrava. La anestesia en niños es uno de los factores que más asusta a la mayoría de las personas y uno de los principales motivos de freno para realizar tratamientos necesarios para la salud bucodental. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre este fármaco.
¿Qué es la anestesia?
Básicamente se trata del uso de medicación que evita o bloquea el dolor. Dependiendo del tipo de intervención quirúrgica, de las necesidades y del estado de salud del paciente, se podrá aplicar uno de estos tres tipos de anestesia:- Anestesia local: Este tipo de anestesia entumece una zona del cuerpo muy localizada y la persona está despierta y consciente en todo momento.
- Anestesia regional: bloquea el dolor de un área del cuerpo. Un tipo de anestesia común a esta tipología sería la epidural utilizada en los partos.
- Anestesia general: la persona queda totalmente inconsciente y una vez finalizada la cirugía no recuerda nada. En cualquier caso, será el especialista en anestesiología el médico encargado de ayudar a garantizar el éxito en una cirugía. En el caso de los niños es el anestesista pediátrico el especialista que tiene la experiencia y la capacitación para evaluar y planear la opción anestésica más segura.
Anestesia en niños: ¿Qué debe saber el dentista?
Los médicos son siempre rigurosos con la información necesaria antes de una intervención quirúrgica. No obstante, no olvides informarle previamente sobre lo detallado a continuación:- Alergias a medicamentos, alimentos, etc.
- Problemas generales de salud
- Medicamentos que tome de forma frecuente o en ese momento
- Enfermedades recientes
- Posibilidad de embarazo
- Operaciones recientes
- Problemas al nacer
- Problemas anteriores relacionados con anestesia en niños o cirugías
- Historial médico familiar (de ambas partes) relacionado con problemas de anestesia
- Realizar análisis de sangre y pruebas médicas necesarias
- Informar si hay fumadores que vivan en el mismo hogar del niño
- Problemas cardiacos y respiratorios
- Dientes flojos (puede que, por seguridad, sea conveniente su extracción)